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El Defecto Fatal: Una Crítica desde la Teología del Pacto

Foto del escritor: Andres EspinozaAndres Espinoza

Introducción


Introducción


Jeffrey D. Johnson, en su obra El Defecto Fatal, busca refutar la teología pactual reformada, sosteniendo que la doctrina del paedobautismo es inconsistente con la enseñanza bíblica y que el Nuevo Pacto excluye a los hijos de los creyentes. Su obra es un esfuerzo notable por interactuar con la teología reformada, pero adolece de un error fundamental: una discontinuidad excesiva entre el Antiguo y el Nuevo Pacto, lo que lo acerca a una estructura hermenéutica dispensacionalista más que a la tradición reformada clásica.


Desde una perspectiva exegética histórico-gramatical retentiva, este artículo demostrará cómo la argumentación de Johnson malinterpreta la naturaleza del pacto de gracia, ignora la continuidad pactual en la Escritura y ofrece una visión fragmentada de la iglesia que contradice la enseñanza bíblica.


1. La Fragmentación del Pacto de Gracia: Un Análisis Exegético


La teología del pacto reformada sostiene que el pacto de gracia es uno solo, administrado progresivamente en la historia de la redención. Sin embargo, Johnson argumenta que el pacto de Abraham posee una naturaleza dual: por un lado, una dimensión terrenal y condicional; por otro, una dimensión espiritual e incondicional. Su tesis central es que el Nuevo Pacto rompe con el principio de continuidad administrativa del pacto y, por ende, no puede incluir a los hijos de los creyentes.


a) Análisis Exegético de Gálatas 3:6-9 y su Relación con el Pacto de Abraham


En Gálatas 3:6-9, Pablo cita Génesis 15:6 y concluye:


“Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham.” (Gálatas 3:7)


El uso del presente indicativo εἰσιν (“son”) en lugar de un futuro enfatiza que la filiación abrahámica es una realidad presente y continua en el Nuevo Pacto. Pablo no introduce una dicotomía entre una promesa terrenal y otra celestial, sino que interpreta el pacto de Abraham como una unidad integral cuya plenitud se encuentra en Cristo.


Además, en Gálatas 3:16, Pablo señala:


“Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su descendencia. No dice: ‘Y a los descendientes’, como refiriéndose a muchos, sino más bien a uno: ‘Y a tu descendencia’, la cual es Cristo.”


Aquí, Pablo interpreta la promesa a la descendencia de Abraham en términos cristológicos. La estructura gramatical del pasaje es crucial: la partícula adversativa οὐ seguida de la clarificación ὡς ἐπὶ πολλῶν refuerza la idea de que la promesa abrahámica se cumple en Cristo y en aquellos unidos a Él por la fe.


Si el argumento de Johnson fuese correcto, Pablo habría marcado una distinción entre el aspecto “condicional” y “terrenal” del pacto de Abraham y su cumplimiento en Cristo. Sin embargo, Pablo omite cualquier referencia a una supuesta dicotomía en el pacto y, en cambio, afirma su unidad y continuidad en la fe.


El error de Johnson radica en no captar la estructura del argumento paulino: el pacto de Abraham no es abolido ni dividido en dos, sino confirmado y perfeccionado en Cristo. Si la membresía del pacto es por la fe, y la promesa incluía a los hijos de los creyentes en Génesis 17:7, entonces no hay justificación exegética para excluirlos en el Nuevo Pacto.


2. La Circuncisión y el Bautismo: Conexión Tipológica y Exegética


Uno de los argumentos centrales de Johnson es que el bautismo y la circuncisión no pueden ser correlacionados, ya que la circuncisión era un rito nacional y externo, mientras que el bautismo pertenece a la esfera espiritual y del corazón.


Este argumento, sin embargo, ignora la relación tipológica que Pablo mismo establece en Colosenses 2:11-12:


“En él también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha por mano, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión de Cristo, habiendo sido sepultados con él en el bautismo, en el cual también fuisteis resucitados con él mediante la fe en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos.”


Desde un punto de vista histórico-gramatical, la relación entre περιτομή (“circuncisión”) y βάπτισμα (“bautismo”)en el texto es ineludible. Pablo usa la construcción preposicional ἐν ᾧ (“en quien”) para conectar ambos eventos, mostrando que la realidad espiritual que la circuncisión prefiguraba se cumple en el bautismo.


El error exegético de Johnson aquí es doble:

1. Falla en reconocer la estructura de los tipos y sombras en la Escritura. La circuncisión tipificaba la purificación y pertenencia al pueblo de Dios (Génesis 17:10-14). El bautismo, como su equivalente en el Nuevo Pacto, cumple la misma función como señal de entrada en la comunidad visible del pacto (Hechos 2:38-39).

2. Interpreta la discontinuidad de forma arbitraria. Si el Nuevo Pacto es superior al Antiguo (Hebreos 8:6), ¿cómo es posible que la membresía del pacto ahora excluya a los hijos de los creyentes, cuando antes eran incluidos? La lógica de Johnson es inconsistente, pues niega un principio de continuidad que es evidente en la historia bíblica.


3. La Iglesia Visible y la Inclusión de los Hijos en el Pacto


Johnson sostiene que el Nuevo Pacto solo incluye a creyentes regenerados y que, por lo tanto, la iglesia visible debe estar compuesta únicamente por creyentes confesantes.


Sin embargo, la enseñanza del Nuevo Testamento indica que la iglesia visible incluye a creyentes verdaderos y a aquellos que, aunque externamente forman parte de la comunidad del pacto, pueden apartarse.


En 1 Corintios 10:1-12, Pablo usa a Israel como ejemplo para la iglesia de Corinto, advirtiendo que muchos fueron parte del pueblo de Dios, pero cayeron en incredulidad. Hebreos 6:4-6 también describe a personas que participaron externamente en la comunidad del pacto y, sin embargo, apostataron.


El testimonio de Pedro en Hechos 2:38-39 refuerza esta realidad:


“Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos el Señor nuestro Dios llame.”


El uso de καὶ τοῖς τέκνοις ὑμῶν (“y para vuestros hijos”) replica el lenguaje de Génesis 17:7, lo que indica que la promesa del pacto sigue incluyendo a los hijos de los creyentes.


El error de Johnson aquí es ignorar que la estructura de la comunidad pactual no cambia en el Nuevo Testamento, sino que es perfeccionada y ampliada en Cristo.


Conclusión: El Verdadero Defecto Fatal


Si Jeffrey D. Johnson hubiera aplicado rigurosamente el método exegético histórico-gramatical, habría reconocido que la teología reformada del pacto no solo es fiel a la Escritura, sino que es la única que armoniza con la progresión de la revelación divina. Su error fundamental radica en imponer una discontinuidad artificial entre el Antiguo y el Nuevo Pacto, interpretando la transición redentora de manera fragmentada en lugar de ver su cumplimiento progresivo en Cristo.


El argumento de Johnson falla en tres niveles esenciales: primero, su distinción arbitraria dentro del pacto de Abraham carece de respaldo exegético y contradice el testimonio paulino en Gálatas 3, donde se presenta la unidad de la promesa abrahámica consumada en Cristo. Segundo, su negación de la correlación entre circuncisión y bautismo ignora la clara relación tipológica establecida por Pablo en Colosenses 2:11-12, donde el bautismo es la realidad cumplida de lo que la circuncisión prefiguraba. Tercero, su visión de la iglesia como una comunidad compuesta exclusivamente por regenerados no solo carece de precedente bíblico, sino que contradice la enseñanza apostólica sobre la naturaleza de la comunidad visible del pacto en pasajes como 1 Corintios 10:1-12 y Hebreos 6:4-6.


El verdadero defecto fatal de la argumentación de Johnson es su hermenéutica de discontinuidad, que lo lleva a adoptar una postura más cercana al dispensacionalismo que a la teología reformada. Al insistir en una ruptura total entre los pactos, Johnson ignora la realidad de que Dios ha tratado con su pueblo a través de una estructura pactual inmutable desde Génesis hasta Apocalipsis. Su interpretación no solo es inconsistente con la teología del pacto reformada, sino que también resulta incoherente con la enseñanza bíblica sobre la administración del pacto de gracia en la historia de la redención.


En última instancia, The Fatal Flaw no expone una debilidad en la teología reformada del pacto, sino que revela la fragilidad de un sistema teológico que, al rechazar la unidad del pacto de gracia, termina fragmentando la obra de Dios en la historia. Si Johnson hubiera leído la Biblia con la estructura del pacto en mente, habría encontrado no un defecto en la teología reformada, sino la confirmación de que el pacto de gracia, administrado de diversas formas pero siempre con el mismo fundamento en Cristo, es el hilo conductor de toda la revelación bíblica.

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